El destino se refiere al desarrollo de eventos fuera del control de una persona, se consideran predeterminados por un poder sobrenatural. Se basa en el concepto de que hay un orden natural fijo en el universo, que no puede cambiarse sin importar cuánto se intente.
El destino a menudo se asocia con connotaciones negativas. Por ejemplo, una persona que ha pasado por un mal período podría resignarse al destino. Como esa persona cree que el destino es inevitable, no intentará cambiar su futuro. La creencia de que todos los eventos están predeterminados y son inevitables se llama fatalismo.
La coincidencia es una situación en la que los eventos ocurren al mismo tiempo de una manera que no se planifica ni se espera. Aunque suceden por accidente, siempre parecen estar relacionados.
El cumpleaños de dos personas que se celebra el mismo día, dos chicas con el mismo vestido que se encuentran en el camino, dos amigas con el mismo nombre, etc., son ejemplos de coincidencias. Desde un punto de vista estadístico, las coincidencias son naturales e inevitables.