Una langosta pertenece a una especie determinada de saltamontes de cuernos cortos que son miembros de la familia Acrididae. Estos insectos experimentan cambios conductuales y fisiológicos (es decir, polifenismo de fase) al alcanzar un alto nivel de densidad de población. Esto es lo que diferencia a una langosta de un saltamontes.
Las langostas son inofensivas hasta que pululan. La serotonina en el cerebro de la langosta comienza a generar una serie de cambios dramáticos. Comienzan a reproducirse y crecer exponencialmente. Una vez que el enjambre es lo suficientemente grande, las langostas se convierten en nómadas y migratorias. El enjambre se mueve, despojando los campos y causando daños a los cultivos. Las langostas viajan grandes distancias y consumen cultivos donde sea que se asiente su enjambre.
Los saltamontes pertenecen al orden Orthoptera junto con los grillos. Los expertos creen que los saltamontes son probablemente el grupo más antiguo de insectos masticadores de plantas. Se cree que los saltamontes han existido durante 250 millones de años, desde el período Triásico. Sus poderosas patas traseras les permiten escapar de los depredadores catapultándose en el aire con vigorosos saltos.
Los saltamontes son típicamente polífagos, lo que significa que consumen vegetación de diferentes fuentes. Por lo general, comen pastos, principalmente cultivos de cereales. Sin embargo, hay algunas especies omnívoras que comen tejido animal y heces.