El agua destilada es aquella que se somete a un proceso de destilación (la condensación del vapor de agua obtenido por ebullición o evaporación) del agua no pura, es decir, que contiene otras sustancias involucradas.
El agua destilada no contiene elementos orgánicos, su pH está alrededor de 7 y puede volverse ligeramente más ácida cuando se expone al aire debido al CO2 y a otros gases disueltos en la atmósfera.
Se utiliza en la preparación de medicamentos, en diversos experimentos dentro de laboratorios o en la industria (como reactivo o disolvente) y en las baterías de los automóviles.
El líquido recogido de los deshumidificadores y liberado por los aires acondicionados también puede considerarse destilado.