Cuando se refiere a un objeto como transparente, generalmente alude a algo que está hecho de material perfectamente transparente, como el vidrio plano. Las cosas transparentes permiten que toda la luz pase a través de ellas. Además, los objetos que están del otro lado de algo que es transparente son claramente visibles.

Un objeto se conoce como translúcido cuando está compuesto de materiales semitransparentes que son esmerilados, manchados o de color oscuro. Los objetos translúcidos permiten que solo pase algo de luz a través de ellos. Las cosas que están al otro lado de un material translúcido son visibles solo hasta cierto punto.

La principal diferencia entre los materiales transparentes y translúcidos radica en sus propiedades físicas que afectan la cantidad de luz que puede pasar a través de ellos.

Los objetos transparentes siguen la ley de refracción, que establece que la luz se curva cuando pasa a través de un determinado objeto. Dado que la luz puede pasar a través de ella por completo, permite una formación clara de la imagen de algo que está del otro lado. Los objetos translúcidos no siguen la ley de refracción ya que la luz se dispersa al pasar a través de ella. Como tal, la luz se difunde y las imágenes en el otro lado solo se ven parcialmente.