Una fumarola es una abertura en la corteza terrestre que emite o expulsa gases y vapor a la atmósfera.
Se pueden encontrar en volcanes activos, a lo largo de pequeñas grietas en la Tierra y en la superficie de los flujos de lava. En la mayoría de los casos, la presencia de fumarolas significa actividad volcánica activa. Por ejemplo, en Hawai, existen fumarolas dentro del cráter de Kilauea. La temperatura mínima dentro de una fumarola es de 70°C.
Las fumarolas se forman cuando la lava líquida que está ubicada debajo de la superficie de la Tierra ejerce presión sobre las rocas suprayacentes, provocando la rotura de la corteza terrestre y creando orificios de ventilación o aberturas.
Además del vapor, la presión dentro y fuera de la corteza terrestre también libera numerosos gases a la atmósfera, incluidos dióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno, cloruro de hidrógeno, fluoruro de hidrógeno, bromuro de hidrógeno y dióxido de carbono. Estos gases normalmente se disuelven en el magma durante las erupciones volcánicas. Una fumarola rica en dióxido de carbono se llama mofette, mientras que una rica en gases de azufre se llama solfatara.
Los gases liberados por las fumarolas son tóxicos para los humanos y, por lo tanto, las personas que se encuentran cerca de estas emisiones deben usar máscaras protectoras. Sin embargo, a pesar de ser tóxicos para los humanos, estos gases enriquecen el suelo de la Tierra.