A menudo se cita a Venecia como la ciudad más bella del mundo que ofrece un encanto y una experiencia única.
Venecia es especial porque no tiene carreteras, solo canales en todas partes, lo que le da un ambiente muy especial. Está repleta de impresionantes obras de arte y arquitectura renacentista. Milán tiene algunos monumentos impresionantes (incluido el Duomo) pero mucho menos que en Venecia. Milán también tiene cerca el impresionante lago de Como.
Sin embargo, vale la pena visitar Milán, ya que es más una ciudad real (mientras que Venecia es principalmente un destino turístico). La gente a menudo recomienda pasar una o dos noches en Milán.
Aunque Milán es una ciudad vibrante e interesante, no es tan conocida por los turistas. Venecia, por otro lado, está inundada por turistas, más de 20 millones por año, por lo que generalmente tienes que lidiar con las multitudes.
Venecia suele ser la mejor opción para viajes románticos (luna de miel, aniversario, etc.). Milán es la mejor opción para las compras, la gastronomía y la vida nocturna. Los inviernos son típicamente más fríos en Venecia que en Milán.
A diferencia de Venecia, Milán es una gran ciudad, de negocios, deportiva y de moda, por lo que el ambiente es más dinámico y enérgico. Con la mayor parte de la ciudad destruida en la Segunda Guerra Mundial, los arquitectos han competido para diseñar impresionantes rascacielos que conforman el horizonte emergente de la ciudad.
Venecia es una ciudad especial conocida por sus cientos de puentes, canales y arte renacentista. Las mejores vistas son de noche cuando los palacios están bien iluminados.
Milán es una ciudad que también tiene un importante arte y arquitectura. El Duomo di Milano es una impresionante catedral que tardó 600 años en construirse (1386-1965), ubicado en el centro de la ciudad. Desde la catedral se obtiene una bonita vista del horizonte de Milán y se siente la mezcla de lo nuevo y lo antiguo.