Históricamente, el serval se encontraba en toda África, pero hoy en día se limita principalmente a las áreas al sur del Sahara, aunque hay unas pocas poblaciones pequeñas en el norte. El serval se suele encontrar en juncos que bordean los humedales y en los pastizales que tienen una buena fuente de agua. Aunque prefieren los humedales, son animales bastante adaptables y se pueden habitar en una gran variedad de hábitats dentro de su área de distribución, como bosques, matorrales de bambú, pantanos y arroyos, siempre que exista un buen suministro de alimentos y agua.
El serval es un animal solitario que lleva un estilo de vida crepuscular, lo que significa que es más activo en la mañana y en la tarde. Los servales son animales altamente territoriales que deambulan por un rango de 12 a 20 kilómetros cuadrados que están marcados con olor, como marcas de orina o rasguños en los árboles y en el suelo.