El sistema deportivo profesional norteamericano es orgánicamente diferente al europeo y en general al resto del mundo: las diversas ligas profesionales estadounidenses (incluida la NBA) no responden directamente a ninguna federación deportiva nacional y no consideran los conceptos de descenso a ligas menores y ascenso a ligas mayores.
Los equipos de la NBA se denominan con el término franquicias y tienen características de extrema flexibilidad en cuanto a simbolismo, colores e identidad territorial, de hecho pueden ser reubicadas a otras ciudades a total discreción de la liga y/o sus inversores, en su mayoría por motivos puramente comerciales. Si un equipo se mueve de una ciudad a otra, trae consigo toda su historia, los títulos ganados, los dorsales retirados, el nombre de la franquicia, etc. A menos que se cree una nueva franquicia o alguna cierre (voluntariamente o por quiebra), los equipos que compiten son siempre los mismos temporada tras temporada.
La asamblea responsable de tomar todas las decisiones con respecto a la administración de la liga (incluida cualquier expansión) es la Junta de Gobernadores de la NBA. La transferencia de una franquicia existente a otra ubicación o el establecimiento de un equipo (es decir, una nueva franquicia) se planifica, teniendo en cuenta parámetros como la ubicación de la ciudad, el número de habitantes, el tamaño de la instalación deportiva destinada a albergar partidos en casa, etc.
Finalmente, como ocurre en la mayoría de las ligas estadounidenses, cabe señalar que la NBA adopta un orden inverso del factor de campo con respecto a los estándares europeos al enumerar los equipos que juegan un partido, el primer nombre indica el equipo visitante, mientras que el segundo es el equipo de casa.