Castelldefels es un destino ideal para relajarse en la playa. Es fácil encontrar lugares agradables y tranquilos en el tramo de playa de cinco kilómetros, incluso en temporada alta. Otra ventaja es la accesibilidad, ya que está a solo 40 minutos en autobús o 15 minutos en taxi desde el Aeropuerto Internacional de Barcelona El Prat.
Pero hay más cosas que hacer en Castelldefels que simplemente relajarse en la playa. De hecho, es un gran destino para pasar unas vacaciones activas. Puedes participar en una variedad de deportes acuáticos en el Canal Olímpico, construido para la competencia de piragüismo en los Juegos Olímpicos de verano de 1992. Además de eso, siempre hay espacio para salir a correr o andar en bicicleta bordeando la playa.
Es muy importante distinguir entre el centro de la ciudad y la zona de playa de Castelldefels, ya que la distancia entre ambas es de unos 2-3 kilómetros aproximadamente. La mayoría de los hoteles están ubicados cerca de la playa y hay pocos hoteles en el centro. Castelldefels es un destino de verano, y dado que la propia playa suele ser el motivo principal para viajar hasta allí, se recomienda alojarse cerca de la zona de playa.
Las desventajas de alojarse cerca de la playa incluyen el hecho de que no hay muchos servicios alrededor. Tanto el centro urbano como el centro comercial se encuentran a un par de kilómetros. Hay restaurantes, bares y supermercados en el lado oeste de la zona de la playa. El lado del Canal Olímpico es principalmente un área residencial, e incluso encontrar una tienda de comestibles o un restaurante puede ser un desafío.
El canal artificial olímpico fue construido para los Juegos Olímpicos de Barcelona para servir como sede de la competición de piragüismo. Hoy en día, el canal es un escenario polivalente para practicar piragüismo, remo y cable esquí.
También hay un gimnasio totalmente equipado en la zona y una piscina al aire libre de gran tamaño.
El Castillo de Castelldefels se encuentra en el punto más alto de las colinas. El castillo data del siglo XVI, aunque la iglesia del interior se construyó en el siglo X. Durante siglos, su finalidad fue controlar el territorio y servir como bastión defensivo del Imperio carolingio frente a las invasiones árabes. Entre los siglos XVI y XVII defendió la ciudad de los piratas bárbaros. El castillo fue renovado en 1897.