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La comarca del Maresme se extiende desde la Serralada Litoral hasta el mar, y desde Montgat hasta Tordera. Lugar de paso, desde tiempos muy antiguos, siguiendo las proximidades de la costa, es una comarca muy conocida y muy poblada.
Morfológicamente puede dividirse en dos partes: la vertiente oriental de la cordillera y la llanura que se extiende a su pie, frente al mar. En la zona montañosa los materiales son mayoritariamente graníticos, surcados por pequeños o grandes diques de rocas más duras, pero en general es un granito fácilmente erosionable por la acción química del agua y la temperatura en el sector occidental (de Montgat a Sant Vicenç de Montalt). Este granito levantó materiales paleozoicos, esquistosos, los cuales, arrebatados en muchas bandas por la erosión posterior, han sobrevivido todavía al sector oriental, especialmente en el Montnegre, Hortsavinyà, Sant Pere de Riu, costas de Calella y Sant Pol y, en parte, en Canet y Arenys.
Las diferencias de altura se deben también a las fallas transversales, que han dividido la cordillera en un conjunto de bloques más o menos basculados, como el de Sant Mateu, en el Corredor, y el del Montnegre. Las condiciones morfogenéticas han producido unas formas gastadas, allanadas, en la cresta, en evidente contraste con las laderas en el gran desnivel frente al Mediterráneo. Hacia el fondo de la comarca hay que distinguir los granitos erosionados, aplanados, en la parte baja, surcados por los cursos de agua descendentes en medio de llanuras aluviales, y el relleno cuaternario del fondo de la llanura, frente al mar.
En cuanto al clima, las lluvias oscilan desde los 550 mm anuales en Alella hasta más de 800 mm en el Montnegre, llegando hasta 772 mm en Malgrat, repartidas sobre todo entre septiembre y junio, mezcladas a menudo con alguna tormenta en agosto. Las temperaturas son muy benignas en invierno, y el calor estival a veces es mitigado por la marinada, que refresca durante el día.