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El núcleo de Peratallada contaba con tres recintos amurallados, configurando un perímetro fortificado, rodeado de un foso y defendido con varias torres. El recinto principal es el que rodeaba el castillo medieval y los otros dos se encontraban adosados uno hacia tramontana y otro hacia levante. Se conserva buena parte de su trazado y uno de sus portales, así como varias torres, de planta rectangular o cilíndricas. Su construcción puede datarse en los siglos XII y XIII, aunque los tramos superiores debieron ser reconstruidos durante el XVI y el XVII.
El Castillo-palacio de Peratallada está documentado desde el año 1065 aunque se considera que su origen es mucho más antiguo, quizás de época tardorromana. La estirpe de los Peratallada es mencionada en el año 1039 y alcanzó gran notoriedad hasta mediados del siglo XIII cuando el patrimonio familiar pasó a los Cruïlles. El castillo perdió su función señorial en el siglo XVIII y se transformó en una masía agrícola, perdiéndose muchos de sus elementos decorativos. En 1964 fue adquirido por los condes de Torroella de Montgrí, que lo restauraron. Posteriormente funcionó como hotel y restaurante.
El castillo-palacio está situado en el cercado fortificado de Peratallada. Las construcciones que nos han llegado son de distinta época, desde el siglo X al XVIII. Cuenta con una torre maestro rectangular, almenada, con su muralla, anclada sobre la roca (de la que proviene el nombre del pueblo). Al pie de este primer recinto fortificado se construyó el palacio señorial, de época románica, pero básicamente remodelado a partir del siglo XIV, reforma que le ha otorgado su aspecto actual. En la fachada principal podemos observar restos del antiguo muro románico, con una ventana de la misma época, así como un portal rectangular dovelado, con un escudo sobre el dintel, y grandes ventanales geminados de tipología gótica. En su interior hay destacables pinturas y un magnífico artesonado del siglo XIV.