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Las tres iglesias de Terrassa constituyen uno de los conjuntos monumentales más interesantes de Cataluña. Alzadas en un lugar poblado desde la época romana, como lo testimonian varios restos conservados, fue la sede del obispado de Égara, constituido hacia el año 450 y que perduró hasta la invasión sarracena, en el siglo VIII. Los edificios actuales son más tardíos, construidos entre los siglos IX y X y ampliados en el siglo XII. La iglesia de Sant Pere fue la parroquial del núcleo homónimo hasta el año 1601, cuando pasó a depender de Terrassa, aunque recuperó la parroquialidad en el siglo XIX. El conjunto fue estudiado y restaurado a principios del siglo XX por Josep Puig i Cadafalch y en 1931 fue declarado Monumento Nacional.
La Iglesia de Sant Pere es la mayor de las tres iglesias del conjunto monumental. Fue edificada en varias etapas. La parte más antigua es la cabecera trilobada prerrománica y el transepto, del siglo IX o X. La nave es plenamente románica, del siglo XII. Está cubierta con bóveda de cañón y tiene una puerta sencilla, con arquivoltas sin decoración, y dos ventanas de medio punto con guardapolvo. La cornisa presenta un friso ornamentado con relieves y ménsulas en forma de cabecitas. Hay dos campanarios de espadaña, de origen románico, uno en cada extremo de la nave. En la zona del ábside hay dos elementos de interés, el mosaico del siglo X, y el retablo obrado en el muro, con tres registros de pinturas murales. En el muro norte hay restos de pinturas murales góticas del siglo XIV.
La iglesia de Sant Miquel es la única de las tres iglesias del conjunto monumental que conserva su planta original del siglo IX-X. Es una planta cuadrada con una cruz griega inscrita y un ábside en forma de herradura pero externamente poligonal. La cúpula central se apoya en ocho columnas con capiteles romanos y visigóticos reaprovechados. Bajo el ábside está la cripta de Sant Celoni, con capilla absidal trilobada. Las puertas antiguas han sido tapiadas, la puerta actual fue abierta en el siglo XVII. El aparato es de tipología romana alternando hiladas de piedra con hiladas de ladrillo. La ventana central del ábside es de arco sobrepasado hecho con ladrillos.