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Documentada desde el año 1066, de la primitiva iglesia románica de Santa María de Vidreres no queda ningún vestigio, aunque es posible que la base del campanario sea de aquella época. Entre 1790 y 1800 se construyó el templo actual, de una nave con capillas laterales, dentro de un estilo que mezcla elementos todavía barrocos con otros neoclásicos, como la portada. Ésta es rectangular, flanqueada por dos pares de columnas que sostienen un entablamento sobre el que se apoya la hornacina con la imagen de la Virgen. La fachada permaneció inacabada y ha sido restaurada modernamente. En un documento de 1358, la parroquia de Vidreres es mencionada como posesión de los vizcondes de Cabrera, junto con el castillo de Sant Iscle, cuyo señor dominaba la villa. Los patrones de Vidreres son san Iscle y santa Victoria, cuyas reliquias eran custodiadas en la capilla del castillo.
Can Xiberta es un edificio construido en 1862, propiedad municipal desde 2005, que ha sido objeto de restauración reciente para convertirlo en equipamiento público. Perteneció a la familia Xiberta, industriales taperos alguno de los cuales fue alcalde. La casa consta de tres pisos y una torreón con ventanales neoárabes. Las ventanas están enmarcadas con ladrillo visto. En la puerta, muy sencilla, se encuentra la fecha de construcción y el nombre de Benito Jiberta.
La Torre Llobet es la masía más notable del término. Situado cerca del castillo de Sant Iscle, constituye un gran casal fortificado de los siglos XV-XVI, agrandado hacia el XVIII-XIX con un cuerpo transversal y ampliado a principios del XX con un molino y una gran balsa. Su cuerpo más antiguo está fortificado con una torre cuadrangular de cuatro pisos. El portal es dovelado, de punto redondo, y encima hay ventana de arco conopial lobulado. La familia Llobet fue propietaria durante seiscientos años, hasta 1925.