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En 1977 se hizo un hallazgo de herramientas para trabajar la piel, hechas de cantos rodados, en la orilla derecha del río Congost a su paso por Llerona, en la masía de Can Màrgens. A partir de ahí, las investigaciones del maestro e historiador Ramon Turón han dado a conocer que unos antepasados habitaron temporalmente las terrazas del río Congost, en el paleolítico inferior, hace más de medio millón de años. Se trataba probablemente de un grupo de entre seis y diez individuos. Allí podían beber agua, cazar animales que también buscaban agua, tomar frutos silvestres y aprovecharse de los peces que proporcionaba el río. Una vez realizadas las tareas de fabricar utensilios, cazar, alimentarse, abastecerse de pieles y descansar, se fueron y dejaron abandonados los instrumentos líticos que habían fabricado. Este conjunto lítico es el hallazgo más antiguo de la presencia humana en el Vallès Oriental.
También se han encontrado algunas hachas del neolítico consideradas ceremoniales. Los hallazgos confirman que las Franqueses del Vallès estaba poblado hace 6.000 años (en el neolítico) y que hace 4.000 años (en el bronce) el Pla de Llerona, las terrazas del Congost y un amplio territorio (de Corró d’Avall y l’Ametlla) eran zonas rurales con una densidad de población de cierta importancia, una especie de paraíso natural cerca del río, habitado por comunidades agrícolas y ganaderas que todavía fabricaban instrumentos de piedra. No utilizaban cerámica sistemáticamente. Se trataba de una comunidad autosuficiente que no necesitaba demasiadas relaciones de intercambio comercial, característica propia de los hábitats rurales.