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La documentación más antigua encontrada hasta ahora que hace referencia a la iglesia de Sant Feliu del Racó es del 986. Sin embargo, en 1971 se encontró, durante una restauración, una losa que se considera que era el ahora altar de época prerrománica, con lo que se cree que podía haber habido un edificio de los primeros tiempos del cristianismo. Del edificio románico queda un campanario, con dos filas de ventanas y un atrio. El resto fue derribado en el siglo XVIII, para ampliar el espacio disponible. El resto del edificio es, pues, de construcción moderna (remodelación de 1819) de estilo bizantino, con una sola nave de diecisiete metros de longitud y siete de ancho, que tiene, en el lado derecho, una torre de planta octogonal con un segundo campanario, mucho mayor que el románico.

Aunque no se tiene certeza, se supone que la orden benedictina que mandaba en el monasterio de Sant Llorenç del Munt, y que controlaba la parroquia de Sant Feliu del Racó, hizo construir la ermita entre los siglos XI y XII. Se trata de una capilla de estructura sencilla, con una única nave rectangular, con bóveda de cañón, y un ábside semicircular con bóveda de cuarto de esfera. La capilla tiene una casa adosada a su izquierda. El ábside, la nave y la casa datan del siglo XII; el alargamiento de la nave y un pequeño portal del siglo XIV y un atrio fue construido en los siglos XVIII-XIX. La casa del ermitaño está adosada en el lado norte. La imagen de la virgen con una fruta en la mano derecha y el Niño en la falda, datada en el siglo XI, fue destruida en 1936.