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Frente al Museo, en la Plaza del Ayuntamiento, se encuentra una estatua de bronce sobre un zócalo de granito, obra de Manuel Cusachs, dada a la ciudad por Caixa Laietana. Es una alegoría de Mataró, representada por una chica adolescente con una bandera y un ramo. Al pie que la sostiene se encuentran los versos del poema Mataró que Josep Punsola i Vallespí (Mataró, 1913-1949) dedicó a su ciudad. Fue inaugurada en 1992.
La cruz de término de Mataró, gótica original, del año 1562, que se encontraba en el camí Ral, fuera de la muralla, fue parcialmente destruida en 1936 y sus restos se encuentran en el Museo de Mataró. La cruz que podemos contemplar ahora es una reproducción del original, hecha en 1942. Tiene a una cara la imagen de Cristo y en la otra la de la Virgen, con los apóstoles en el nudo.
Las murallas de Mataró fueron levantadas entre 1569 y 1600, proyectadas por el ingeniero real Jorge de Setara. Su composición basada en piedras de poco tamaño y un mortero muy arenoso las hacía poco sólidas. Tenía siete puertas de acceso. En la actualidad se conservan pocos vestigios, algunos tramos de lienzo en varias calles y restos de una torre circular en la casa Rita Ros, en la calle del Hospital, visibles desde la calle Xammar. Modernamente, se ha restaurado el tramo conocido como Muralla de los Genoveses.