El Paraná es un río de América meridional, que en parte señala el límite entre Brasil y Paraguay y entre Paraguay y Argentina (3.700 km de longitud y 1.594.000 km2 de cuenca).

Se forma por la unión de los ríos Grande y Paranaíba, ambos originados en la meseta de Brasil. En el tramo brasileño presenta las características de un río de meseta, con una cama rocosa que presenta dos series de cascadas: el salto de Urubupungá, agua arriba de la confluencia del Tieté, y el salto de Sete Quedas, cerca de confluencia con el Pequiry. Los afluentes por la izquierda (Tietê, Paranapanema, Ivaí, Iguazú) presentan también numerosas cascadas y rápidos, las más importantes de las cuales son las del Iguazú. En Corrientes, el Paraná recibe las aguas de su gran afluente Paraguay. Luego atraviesa un ancho plano aluvial, donde forma brazos divagantes separados por islas. Durante las crecidas, las aguas llegan aquí a cubrir una llanura de 20 a 30 kilómetros. Entre Santa Fe y Rosario el río modifica su dirección y atraviesa la Pampa, antes de llegar a una especie de delta interior que precede al estuario del Río de la Plata, donde desagua.

El papel del Paraná como vía navegable es aún muy importante. Los barcos oceánicos de tonelaje regular pueden alcanzar a Rosario y Santa Fe, puertos de exportación de cereales y carne hacia Europa. Los de registro inferior llegan a Corrientes y otros más pequeños remontan hasta Paraguay, donde cargan madera, tanino, hierba mate, tabaco, cuero y pieles. En el Paraná superior la navegación es modesta, por dificultades de navegación y por la escasa densidad demográfica de la cuenca fluvial.