Los dientes de leche también se conocen como dientes primarios o dientes deciduos.

Los dientes de leche se componen de diez en el maxilar superior (maxilar) y diez en el maxilar inferior (mandíbula).

Los dientes permanentes se componen de 16 en el maxilar superior y 16 en el maxilar inferior.

El esmalte de los dientes es la sustancia mineralizada más dura del cuerpo. Aproximadamente el 96% del esmalte es mineral. El resto es materia orgánica y agua. El esmalte dental es semitranslúcido y varía en grosor.

La dentina dental se encuentra entre el esmalte y el cemento dental. Este es un material amarillento poroso y se descompone más rápidamente que el esmalte porque es más suave. La dentina está compuesta por un 10% de agua, un 20% de materia orgánica y un 70% de materia inorgánica.

El cemento dental es similar al hueso y cubre la raíz del diente. Es más suave que el esmalte y la dentina y es de color amarillo. Está compuesto por un 45% de materia inorgánica, un 22% de agua y un 33% de materia orgánica.

La pulpa dental constituye el centro del diente, compuesta de tejido conectivo blando que contiene nervios y vasos sanguíneos. La pulpa se considera el nervio de un diente.

Las caries ocurren cuando las bacterias pueden crecer en un entorno de pH bajo, lo que ocurre cuando los carbohidratos fermentables como la glucosa, la fructosa y la sacarosa ingresan a la boca de manera regular.

Para mantener los dientes limpios, las personas deben usar hilo dental y cepillarse regularmente y visitar a su dentista para una limpieza adecuada.

La salud de los dientes y la boca es muy importante para la salud general de una persona. La mala higiene bucal puede hacer que una persona sea susceptible a graves riesgos para la salud, como un derrame cerebral.

En cráneos de humanos prehistóricos se ha encontrado evidencia de caries dental.

En las culturas antiguas, la gente se limpiaba los dientes masticando raíces y ramitas.

Los dientes no pueden repararse a sí mismos, a diferencia del hueso o la piel.