La envidia es un sentimiento de frustración o ira que surge cuando alguien tiene algo que nosotros deseamos o alcanza algún logro al que nosotros anhelamos, pero que no hemos podido obtener. La envidia puede ser una emoción destructiva si se deja que domine nuestras acciones y pensamientos.
Por otro lado, el egoísmo es una actitud o comportamiento en el que una persona piensa principalmente en sus propios intereses y beneficios, sin considerar cómo afecta a los demás. El egoísmo puede ser perjudicial para las relaciones y puede dañar la confianza y la lealtad de los demás hacia una persona.
En resumen, la envidia es un sentimiento que surge cuando alguien tiene algo que deseamos, mientras que el egoísmo es un comportamiento en el que priorizamos nuestros propios intereses por encima de los de los demás. Ambas emociones y comportamientos pueden ser destructivos si no se manejan adecuadamente.