Hay muchos ejemplos de juzgar a las personas por su apariencia. Algunos de ellos incluyen:
- Asumir que alguien es pobre o no tiene éxito por la ropa que lleva puesta.
- Creer que alguien es agradable o amable por cómo se ve físicamente.
- Pensar que alguien es inteligente o culto por su apariencia o vestimenta.
- Desconfiar de alguien por su apariencia física, como por ejemplo si tienen tatuajes o piercings.
- Desestimar a alguien por su edad o su apariencia física, como si parece demasiado joven o demasiado viejo para un trabajo o una responsabilidad.
Es importante recordar que juzgar a las personas por su apariencia es poco justo y a menudo no refleja quiénes son realmente. Todos tenemos diferentes apariencias y esto no debería ser motivo de discriminación o prejuicio.