Estar solo se refiere a la condición de estar físicamente solo, es decir, no tener compañía de otras personas en un lugar determinado. Por ejemplo, puedes estar solo en casa, en una habitación o en un parque. Esta condición puede ser temporal o prolongada, y puede tener distintos matices dependiendo de las circunstancias y del estado de ánimo de la persona.
Por otro lado, sentirse solo se refiere a la sensación subjetiva de aislamiento o soledad emocional, es decir, la sensación de que no hay nadie con quien compartir o confiar. Esta sensación puede ocurrir incluso cuando estamos rodeados de otras personas, y puede ser el resultado de factores internos como la falta de conexión con los demás, la falta de autoestima o el aislamiento social.
En resumen, estar solo se refiere a una condición objetiva de falta de compañía, mientras que sentirse solo es una sensación subjetiva que puede ocurrir independientemente de la presencia o ausencia de otras personas. Ambas condiciones pueden coexistir, pero no siempre son necesariamente correlacionadas. Algunas personas pueden disfrutar de la soledad y sentirse bien consigo mismas cuando están solas, mientras que otras pueden sentirse muy solas incluso cuando están rodeadas de gente.