El mutualismo es un tipo de relación ecológica en la que dos especies se benefician mutuamente. Un ejemplo común de mutualismo es la relación entre las abejas y las flores. Las abejas recogen néctar de las flores y, al hacerlo, las polinizan. Esto permite que las flores produzcan semillas y se reproduzcan. Por su parte, las abejas obtienen alimento a través del néctar. Otro ejemplo de mutualismo es la relación entre las bacterias del ácido láctico y los humanos. Estas bacterias se encuentran en el sistema digestivo humano y producen ácido láctico, lo que ayuda a mantener el pH adecuado y a prevenir la colonización por patógenos. A su vez, los humanos proporcionan a las bacterias un lugar seguro y adecuado para vivir y se reproducir.
El parasitismo es una relación en la que una especie, llamada parásito, se beneficia a expensas de otra especie, llamada hospedador. Los parásitos pueden obtener alimento, protección y otros beneficios del hospedador, mientras que el hospedador sufre daños o pérdidas. Un ejemplo de parasitismo es la relación entre los piojos y los seres humanos. Los piojos se alimentan de la sangre humana y pueden transmitir enfermedades, mientras que los humanos sufren picazón y pueden contraer enfermedades. Otro ejemplo de parasitismo es la relación entre las sanguijuelas y los animales. Las sanguijuelas se adhieren a la piel de los animales y se alimentan de su sangre, mientras que los animales pueden sufrir daños en la piel y pérdida de sangre.