El mutualismo es una forma de relación ecológica en la que dos especies se benefician mutuamente. Hay muchos ejemplos de mutualismo en la naturaleza, incluyendo:
La relación entre las abejas y las flores: las abejas recolectan néctar de las flores y, al hacerlo, se encargan de la polinización de las flores. Esto permite que las flores se reproduzcan y prosperen, mientras que las abejas obtienen alimento a cambio.
La relación entre las algas y las plantas superiores: las algas fotosintéticas proporcionan oxígeno y nutrientes a las plantas superiores a través de una relación simbiótica conocida como licuefacción. Esto permite que las plantas superiores crezcan y se desarrollen, mientras que las algas obtienen un lugar seguro y protegido para vivir.
La relación entre los peces limpiadores y otros animales marinos: los peces limpiadores se alimentan de parásitos y otras sustancias dañinas que se adhieren a la piel y las branquias de otros animales marinos. Esto beneficia a los animales marinos al mantenerlos limpios y libres de enfermedades, mientras que los peces limpiadores obtienen su alimento de esta manera.
La relación entre los árboles y las hormigas: las hormigas viven en los árboles y protegen a las plantas de los herbívoros y otros depredadores. A cambio, las hormigas obtienen alimento y refugio de los árboles.