Los minerales polimorfos son aquellos que tienen la misma composición química pero diferentes estructuras cristalinas y propiedades físicas. Algunos ejemplos de minerales polimorfos son:

El carbono: El grafito y el diamante son dos formas polimorfas del carbono. El grafito es un conductor eléctrico y se utiliza en lápices, mientras que el diamante es el material más duro conocido y se utiliza en joyería y herramientas de corte.

La sílice: La sílice es un componente principal de la arena y el vidrio. También existe en forma cristalina como el cuarzo y en forma amorfa como el opalo.

El talco: El talco es un mineral suave y blando conocido por su uso en polvos para bebés y productos de belleza. También existe en forma cristalina como el mármol y en forma amorfa como la asbesto.

La calcita: La calcita es un mineral comúnmente encontrado en rocas sedimentarias y es un componente principal de la piedra caliza. También existe en forma cristalina como el mármol y en forma amorfa como el yeso.

La aragonita: La aragonita es una forma cristalina del carbonato de calcio. Es menos común que la calcita y se encuentra en rocas sedimentarias y en la concha de algunos animales marinos.

La anfíbola: La anfíbola es un grupo de minerales polimorfos formados por silicatos de aluminio y hierro. Se encuentra en rocas ígneas y metamórficas y tiene aplicaciones industriales como material de refuerzo en plásticos y gomas.

La clorita: La clorita es un grupo de minerales polimorfos formados por silicatos de aluminio y hierro. Se encuentra en rocas ígneas y metamórficas y tiene aplicaciones industriales como abrasivo y producto químico intermedio.