Los minerales no energéticos son aquellos que no se utilizan como fuentes de energía, sino que tienen otros usos en la industria y en la vida cotidiana. Algunos ejemplos de minerales no energéticos son:
El hierro: se utiliza en la fabricación de acero y de otros metales ferrosos.
El cobre: se utiliza en la fabricación de conductores eléctricos y de tuberías.
El aluminio: se utiliza en la fabricación de aviones, automóviles y en la construcción.
El plomo: se utiliza en la fabricación de baterías y en la protección contra la radiación.
El zinc: se utiliza en la fabricación de galvanizado y de aleaciones.
El manganeso: se utiliza en la fabricación de acero y de aleaciones.
El níquel: se utiliza en la fabricación de monedas y en la producción de acero inoxidable.
El cobalto: se utiliza en la fabricación de aleaciones y en la producción de baterías.
El estaño: se utiliza en la fabricación de latas y en la producción de aleaciones.
El tungsteno: se utiliza en la fabricación de herramientas de corte y en la producción de aleaciones.