La leche desnatada es aquella en la que se ha eliminado gran parte de la grasa, por lo que suele tener menos grasa que la leche semidesnatada. Por lo general, la leche desnatada tiene un contenido de grasa del 0,1% o menos, mientras que la leche semidesnatada puede tener un contenido de grasa del 1% o un poco más.
Es importante tener en cuenta que la leche desnatada es más pobre en nutrientes que la leche semidesnatada o la leche entera, ya que la grasa es un componente importante de la leche que proporciona nutrientes esenciales como vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y ácidos grasos esenciales. Si bien es cierto que la leche desnatada puede ser una opción más saludable para personas que necesitan controlar su ingesta de grasas o para aquellas que tienen problemas de colesterol, es importante asegurarse de obtener estos nutrientes de otras fuentes.