El arte barroco se caracteriza por la exageración y el dramatismo en la expresión de las emociones y el contenido temático, así como por la utilización de elementos ornamentales y decorativos elaborados. También se destaca por la utilización de luz y sombra para crear un efecto de contraste y movimiento en las obras. Otras características comunes del arte barroco incluyen la representación de la figura humana de manera realista y con gran detalle, así como la utilización de técnicas de perspectiva para crear una sensación de profundidad y espacio en las obras.
El arte barroco se originó en Italia a principios del siglo XVII y se extendió a Europa y América Latina. Se desarrolló como una respuesta al Manierismo, un movimiento artístico anterior que había enfatizado el orden y la simetría. En cambio, el arte barroco se caracterizó por su emotividad y su tendencia a romper con las convenciones establecidas. Se utilizó ampliamente en la arquitectura, la pintura y la escultura, y también tuvo un impacto en la literatura y la música de la época.