Investigar e innovar son procesos similares pero con algunas diferencias clave. La investigación se refiere al proceso de adquirir conocimiento o información nueva mediante la recopilación y análisis de datos. La investigación suele ser sistemática y metódica, y se realiza con el objetivo de comprender mejor un fenómeno o para resolver un problema específico.
La innovación, por otro lado, se refiere al proceso de crear algo nuevo o mejorado. Puede ser un producto, un servicio, un proceso o una técnica. La innovación implica la aplicación del conocimiento adquirido a través de la investigación para crear algo útil y práctico. Es importante destacar que no necesariamente se basa en investigaciones previas, aunque pueden ser el punto de partida para el proceso de innovación.
En resumen, la investigación se enfoca en el estudio y comprensión de fenómenos o problemas, mientras que la innovación se enfoca en la aplicación práctica de ese conocimiento para crear algo nuevo o mejorado. Ambas son fundamentales para el progreso y el avance en cualquier campo.