La reflexión se refiere al proceso de pensar críticamente sobre un tema o idea. Implica analizar y evaluar diferentes perspectivas y considerar diferentes puntos de vista. La reflexión puede ser personal o compartida con otros y puede ser utilizada para mejorar la comprensión de un tema o para tomar decisiones.
La argumentación, por otro lado, se refiere al proceso de presentar y defender un punto de vista o una posición mediante la presentación de pruebas y razonamientos. La argumentación puede ser verbal o escrita y se utiliza para persuadir a otros de la validez de una posición o para refutar posiciones contrarias.
En resumen, la reflexión es un proceso interno de pensamiento crítico, mientras que la argumentación es un proceso externo de presentar y defender un punto de vista o posición. Ambas son habilidades importantes en la comunicación y el pensamiento crítico.