Opinar e interpretar son dos acciones diferentes relacionadas con la comprensión y evaluación de la información.

Opinar es dar un juicio personal sobre algo. Por ejemplo, «Opino que este libro es muy aburrido» significa que la persona que habla cree que el libro en cuestión es aburrido. La opinión puede estar basada en una interpretación de la información, pero no necesariamente.

Interpretar es analizar y dar un significado a la información. Por ejemplo, «Interpreto que el personaje principal de este libro está luchando contra sus demonios internos» significa que la persona que habla ha analizado la historia y ha llegado a la conclusión de que el personaje principal está luchando con problemas psicológicos. La interpretación puede ser utilizada para justificar una opinión, pero no necesariamente.

En resumen, opinar es dar un juicio personal sobre algo, mientras que interpretar es analizar y dar un significado a la información. Pueden estar relacionadas, pero no siempre es necesario que una tenga que estar basada en la otra.