El estilo barroco se caracteriza por su excesivo ornamento y su tendencia al dramatismo en las obras. Apareció en Europa a finales del siglo XVI y se extendió por toda Europa y América durante el siglo XVII y principios del XVIII. El barroco se caracteriza por una gran riqueza decorativa, con curvas exageradas y una gran variedad de elementos ornamentales. El uso del color también es muy importante en el barroco, con un gran contraste entre las luces y las sombras.
En arquitectura, el barroco se caracteriza por la construcción de grandes edificios con fachadas muy ornamentadas y con un gran uso de la escultura. Las iglesias y los palacios son algunos de los edificios más representativos del estilo barroco.
En pintura, el barroco se caracteriza por el uso de la luz y la sombra para crear un gran dramatismo en las obras. Los cuadros barrocos suelen ser muy emotivos y están llenos de acción y movimiento. Los artistas barrocos también utilizaron mucho el claroscuro, una técnica que consiste en crear contrastes entre zonas iluminadas y oscuras en un cuadro.
En música, el barroco se caracteriza por la complejidad y la riqueza de los movimientos. La música barroca es muy emotiva y está llena de contrastes. Los compositores barrocos utilizaron mucho la polifonía, una técnica musical que consiste en superponer varias melodías.
En resumen, el estilo barroco se caracteriza por su excesivo ornamento, su tendencia al dramatismo y su gran riqueza decorativa. Es un estilo muy emotivo y está lleno de contrastes. Es un estilo que se utilizó en varias disciplinas artísticas como arquitectura, pintura, escultura y música.