Existen varios tipos de mesetas, algunos de los cuales incluyen:
Mesetas de alta montaña: son las más grandes y se encuentran a altitudes elevadas, como la meseta del Tibet en Asia.
Mesetas de colinas: son menos elevadas que las mesetas de alta montaña y se encuentran en áreas montañosas, como la meseta de Piedmont en los Estados Unidos.
Mesetas costeras: son mesetas que se encuentran cerca del mar, como la meseta de la Costa del Golfo en Texas, Estados Unidos.
Mesetas fluviales: son mesetas formadas por el erosionado de ríos, como la meseta del Valle del Mississippi en los Estados Unidos.
Mesetas volcánicas: son mesetas formadas por la actividad volcánica, como la meseta del Rift en África.
Mesetas de erosion: son mesetas formadas por la erosion de los vientos, como la meseta de Nullarbor en Australia.
En general, las mesetas son áreas planas o ligeramente onduladas rodeadas de terreno más elevado o montañoso. A menudo son ricas en recursos naturales y son importantes para la agricultura y la ganadería. También son importantes para la investigación geológica, ya que proporcionan información sobre la historia geológica de una región.