Compartir y prestar tienen ciertas similitudes, pero también tienen algunas diferencias importantes.
Compartir significa dividir algo con otra persona, ya sea temporal o permanentemente. Por ejemplo, se puede compartir una comida, una casa, o una idea con alguien. El objeto compartido sigue siendo propiedad de quien lo comparte, pero la otra persona también puede disfrutarlo.
Por otro lado, prestar significa dar algo temporalmente a otra persona, bajo la condición de que sea devuelto en un momento determinado. Por ejemplo, se puede prestar un libro, un coche o una herramienta a alguien. El objeto prestado sigue siendo propiedad de quien lo presta, pero la otra persona lo puede utilizar durante el tiempo del préstamo.
En general, la diferencia clave entre compartir y prestar es la intención detrás de la acción. Compartir se refiere a la acción de dividir algo con alguien de forma equitativa, mientras que prestar se refiere a la acción de dejar que alguien utilice algo temporalmente y tener la expectativa de recibirlo de nuevo.