En la antigua Mesopotamia, los hombres solían usar ropa hecha de lino o lana. A menudo usaban túnicas largas que caían hasta los pies, con mangas largas y cuellos redondos. También podían usar pantalones largos y ajustados, a menudo con un cinturón para sujetar la túnica en su lugar. Los hombres ricos y poderosos podrían permitirse ropa más elaborada, con bordados y adornos de oro y plata. Los hombres también usaban sandalias o zapatos de cuero. Los reyes y líderes importantes podrían llevar sombreros altos con plumas o adornos, como símbolo de su estatus. En resumen, la ropa masculina en Mesopotamia era sencilla y funcional, pero podía ser adornada con elementos costosos para mostrar riqueza y estatus social.