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La Iglesia de Santa Maria de l’Alba es una joya arquitectónica situada en Tàrrega (Urgell) y considerada un tesoro cultural nacional en la categoría de Monumento Histórico. Fue construida entre 1672 y 1742, siguiendo el diseño del destacado arquitecto Josep de la Concepció, quien se inspiró en los movimientos neoclásicos de la época.
Este majestuoso edificio cuenta con una sola nave y capillas laterales interconectadas, siguiendo el estilo jesuítico que se originó a partir del Gesú de Vignola en Roma y se hizo común en Cataluña durante la época gótica. La nave está cubierta por una impresionante bóveda de cañón con arcos lunetos que descansan sobre grandes pilares, los cuales conducen a las capillas laterales a través de arcos de medio punto. A lo largo de la nave se encuentra una elegante tribuna. En el crucero, se alza una magnífica cúpula semiesférica con nervaduras, que se eleva sobre un tambor con ocho ventanas alternadas con parejas de pilares. Originalmente, se planeaba que la cúpula descansara sobre pechinas.
Durante la construcción principal del edificio, que tuvo lugar entre 1672 y 1696, se añadieron dos capillas adicionales: la Capilla de los Dolors (1704) y la Capilla del Roser (1724), ambas diseñadas por el mismo Fra Josep (fallecido en 1690). En estas capillas se encuentra una hermosa talla policromada de la Virgen María, que data de los siglos XVIII y XIX.
La fachada de la iglesia, aunque conserva la composición original de tres cuerpos correspondientes a la nave central y las capillas laterales, no se completó según el concepto del retablo del siglo XVIII. Su finalización tuvo lugar mucho tiempo después, en el siglo XX, con la adición de un portal del siglo XVIII atribuido a Pere Costa. El campanario, inspirado en el de Vilanova i la Geltrú, estaba originalmente destinado a tener un nivel adicional. Se eleva sobre una base cuadrangular y cuenta con un doble cuerpo de planta octogonal coronado por una balaustrada y pináculos.
En el portal lateral, conocido como el portal de Cervera, se encuentra un pequeño nicho que alberga una escultura de la Virgen de Cervera tallada en piedra porosa. Esta obra se realizó en el siglo XVII y añade un toque de encanto y devoción al conjunto.
La Iglesia de Santa Maria de l’Alba, diseñada por Fra Josep de la Concepció, apodado el Tracista, se construyó en el mismo lugar donde se encontraba la antigua iglesia. Los planos originales, fechados en 1672, se conservan en el archivo municipal, lo que nos permite apreciar que las obras de Santa Maria de l’Alba siguieron fielmente las directrices establecidas por Fra Josep.
El 14 de febrero de 1672, el campanario de la iglesia parroquial, de estilo románico y de menor tamaño, se derrumbó, ocasionando daños significativos al edificio. Se decidió inicialmente reparar de inmediato la capilla de las Santas Espinas, cerrar con piedra y cal un armario en la sacristía, reforzar la estructura del edificio, cerrar el arco restante frente a la rectoría, tapar todos los espacios que pudieran causar mayores daños y fortalecer la esquina de la iglesia cercana a la escalera del campanario, mientras se debatía la mejor solución a largo plazo. La decisión final fue construir un nuevo templo neogótico de grandes dimensiones. Fra Josep de la Concepció, conocido como el Tracista, fue el encargado de llevar a cabo esta obra monumental que hoy en día sigue asombrando a los visitantes.