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La iglesia parroquial de Mollerussa es una joya arquitectónica que muestra una clara influencia italiana. Su imponente presencia se percibe desde el primer vistazo. Inspirada en la forma tradicional de las basílicas, consta de tres cuerpos principales que se integran armónicamente. El cuerpo central, que constituye la parte principal de la iglesia, está acompañado por el campanario, siguiendo la corriente italiana de ubicarlo en los pies del edificio. Además, destaca un edificio de planta octogonal que, aunque evidencia la inspiración italiana, no ha sido utilizado como bautisterio, a diferencia de su concepción original.
Para acceder al conjunto, se asciende por una majestuosa escalinata que añade un toque de grandiosidad. El cuerpo central de la iglesia se presenta con un magnífico atrio porticado en su parte inferior, conformado por cinco elegantes arcos que ofrecen una bienvenida cálida y acogedora. En el interior del atrio, se abren tres puertas, siendo la central la más destacada, coronada por un hermoso frontón que realza su belleza. La parte superior del edificio central está decorada con delicadas arquerías que enmarcan las ventanas, creando una armoniosa combinación de elementos arquitectónicos. El campanario sigue la misma línea de diseño, con arquerías y arcos ciegos que se funden con el conjunto. El uso del ladrillo en toda la construcción aporta ligereza y elegancia al conjunto arquitectónico.
Al adentrarnos en el interior de la iglesia, diseñado por el arquitecto Isidre Puig i Boada, nos encontramos con un espacio que sigue los principios clásicos de las basílicas italianas. El interior está compuesto por tres naves, siendo la nave central la más alta y majestuosa. Para unir las naves laterales con la nave central, se utilizan siete imponentes columnas con fustes marcados que se elevan hasta los arcos de medio punto. Estos arcos se apoyan en capiteles de estilo corintio, creando una sensación de equilibrio y armonía. A lo largo de las paredes laterales se encuentran pequeñas capillas dispuestas en forma de compartimentos de retablo, albergando las imágenes de los santos y vírgenes venerados por los habitantes de Mollerussa. Estas capillas simétricas se intercalan con los arcos que separan las naves, creando una composición visualmente atractiva.
La nave central, con una diferencia de altura significativa en comparación con las naves laterales, se divide en tres niveles distintos. El primer nivel llega hasta la terminación de los arcos, mientras que el segundo nivel comienza con una elegante cornisa y se extiende hasta el tercero. Este último nivel está enmarcado por ventanas de medio punto que constituyen la única fuente de luz natural en el interior, además de los hermosos rosetones del frontis. El techo de las naves, dividido en siete registros que enmarcan estructuras cuadradas, busca imitar la apariencia del artesonado, brindando una sensación de solidez y elegancia. Cabe mencionar que en la nave central, en la actualidad, no se encuentra el ábside original. Este fue modificado en torno a 1970 con la construcción del nuevo altar mayor, quedando el espacio absidal como capilla y sacristía. El nuevo ábside, de composición moderna, combina vidrieras, mosaicos y pintura. En el tímpano, se encuentra una representación de la Última Cena, obra del talentoso artista Gorgues Gou.
Al recorrer el interior de la iglesia, se experimenta una sensación única que nos transporta a las basílicas paleocristianas. Cada detalle arquitectónico nos evoca un sentido de veneración y espiritualidad. Las columnas, realizadas con piedra picada, provienen del reconocido taller de cantería Sumalla en Arbeca, al igual que los capiteles y los intradós de los arcos. Estos elementos añaden un toque de autenticidad y valor artístico a la construcción, resaltando la habilidad y el talento de los maestros canteros.
La iglesia parroquial de Mollerussa, con su arquitectura italiana y su espléndido interior, es un lugar de visita imprescindible para los amantes de la historia, la arquitectura y la espiritualidad. Un verdadero tesoro cultural que cautiva a todos aquellos que tienen la oportunidad de contemplar su belleza y sumergirse en su atmósfera única.