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Te damos la bienvenida a la región de la Baixa Cerdanya, un destino turístico que te cautivará con su impresionante belleza natural y su rica diversidad. Situada en los Pirineos, esta región se divide en dos partes, siendo Puigcerdà el centro de la comarca y el punto de partida ideal para descubrir los encantos turísticos y culturales de los Pirineos.

El corazón de la Cerdanya es el valle de la cabecera del río Segre, un lugar único enclavado en los Pirineos centrales. Su ubicación estratégica lo convierte en un punto clave en la ruta catalana que une el Mediterráneo con el Ebro medio, atravesando ciudades como Perpiñán y Lérida. Además, se encuentra en proximidad a la impresionante Depresión Prelitoral.

La Cerdanya es un territorio que combina majestuosas montañas con extensas llanuras, compartiendo estas características con la Alta Cerdanya. En las montañas, predominan los materiales de la era paleozoica, como las pizarras y los granitos interrumpidos por capas de calizas más resistentes. En la zona suroeste, el macizo del Cadí está compuesto principalmente de caliza, que se formó en las eras mesozoica y terciaria, específicamente en el Eoceno. En las llanuras, podemos encontrar materiales terciarios y cuaternarios, como arcillas y conglomerados, que son evidencia de las antiguas glaciaciones que dieron forma a los ríos actuales. Estos materiales se manifiestan en forma de morrenas terminales y lagos en los circos de cabecera, como los impresionantes lagos de Malniu y Engorgs. El relieve de la Cerdanya ha sido moldeado por los pliegues pirenaicos, destacando dos fallas longitudinales que separan las montañas de las llanuras. Mientras que la falla del sur es claramente visible, la del norte ha sido parcialmente cubierta por los sedimentos de las llanuras, creando así un primer escalón.

Desde el punto de vista morfológico, las montañas se dividen en laderas. Al norte, la región se eleva hasta alcanzar alturas cercanas a los 3.000 metros, con picos impresionantes como Monturull (2.761 m), la Muga (2.860 m) y el Puigpedrós (2.911 m). Al sur, las montañas son más escarpadas aunque no tan altas, con picos como Comabona (2.530 m), Moixeró (2.260 m) y Tosa d’Alp (2.537 m). A altitudes más bajas, alrededor de 1.500-1.600 metros, se encuentran niveles de erosión que dan lugar a apacibles prados y pastizales de verano. En las llanuras, también podemos apreciar distintas divisiones, como el antiguo piemonte a unos 1.200-1.300 metros de altitud, una serie de laderas arcillosas erosionadas que forman una transición desde las montañas del piemonte, y finalmente, la propia llanura, que es uno de los elementos distintivos de la Cerdanya.

La Cerdanya te invita a explorar su paisaje único y deslumbrante, repleto de belleza natural y diversidad. Desde las imponentes montañas hasta las verdes y fértiles llanuras, hay mucho por descubrir y disfrutar en este destino turístico excepcional. Ven y déjate seducir por la magia de la Cerdanya, donde la naturaleza te invita a explorar y conectarte con su esplendor. ¡Te esperamos con los brazos abiertos!