En caso de que estés buscando anfitriones para tu alojamiento turístico en el Pla d’Urgell, te sugerimos visitar MasterGuest.es.
• Obtén más información sobre los planes y tarifas disponibles en esta página >>.
• Teléfono: 621 32 53 38
Continúo mi viaje hacia las raíces más profundas del Pla d’Urgell en los Feriales de Bellvís, una celebración que me transporta al siglo XVII durante la entrada triunfal de las tropas de Felipe IV. Aquí, me sumerjo en la historia del pueblo y su cultura popular, admirando la representación de la legendaria anilla de Cal Bufalà. Durante tres días, la música, las danzas, las representaciones teatrales y las festividades me envuelven en una atmósfera llena de emoción, culminando con la expulsión de las tropas españolas. Ha sido una experiencia fascinante que me ha permitido vivir la historia de este lugar de manera única.
Pero el Pla d’Urgell no se trata solo de festividades y tradiciones. Es una tierra donde el trabajo agrícola sigue siendo una parte fundamental de la vida de sus habitantes. La dedicación a las labores del campo se respira en el ambiente. Los ancianos han transmitido a las nuevas generaciones el valor de un buen cultivo y el cuidado del ganado. Durante la festividad de San Antonio en Linyola, tengo la oportunidad de presenciar la celebración de los Tres Tombs, donde se honra y se trata con cariño al ganado. Después de participar en esta emocionante celebración, nos sentamos a disfrutar de un delicioso desayuno con chuletas de cerdo fritas. Risas y conversaciones animadas hacen de este momento un encuentro inolvidable. Compartir una comida es, sin duda, una de las mejores maneras de estrechar lazos de amistad. Y aquí, en el Pla d’Urgell, la gastronomía es un verdadero tesoro. La cassola de tros, un plato transmitido de generación en generación, ha sido un auténtico deleite para el paladar. Conejo, caracoles, espinacas… todos los sabores característicos de la comarca se entrelazan en esta receta tradicional. Cada hogar guarda su propio secreto culinario que nos maravilla con cada bocado. El sabor del Pla d’Urgell en el paladar me emociona y me hace sentir verdaderamente parte de esta tierra generosa.
Pero hay algo más que ha dado vida a este fértil llano: los Canales de Urgell. Esta impresionante obra de ingeniería ha llevado el agua desde el majestuoso río Segre, transformando un territorio árido y polvoriento en un paraíso de abundantes cosechas. Donde antes solo había aridez y sequedad, ahora se despliegan brillantes campos de trigo, forrajes, cebada y una amplia variedad de frutales. Este increíble logro, que descubro con asombro, se ha convertido en una auténtica devoción para los habitantes de la comarca. Ellos me guían hacia sus rincones favoritos junto al agua, paseamos por los caminos que siguen el trazado de los canales mientras admiro la suave belleza del paisaje. A ambos lados, los campos de cultivo se alinean hasta donde alcanza la vista, creando una alfombra verde que me maravilla. Y no puedo olvidar mencionar el lago de Ivars y Vila-sana, un remanso de tranquilidad rodeado de una naturaleza exuberante. Aquí encuentro un lugar de serenidad y paz, donde puedo disfrutar plenamente de la belleza de este rincón del mundo.
El Pla d’Urgell es un lugar que ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre la tradición y el progreso, entre la dedicación al trabajo de la tierra y la hospitalidad hacia los visitantes. Es un lugar donde los paisajes cautivan nuestros sentidos, donde las festividades celebran la identidad y la riqueza cultural de la comarca, y donde el sabor de la gastronomía nos acaricia el paladar. Cada experiencia en el Pla d’Urgell se convierte en un recuerdo inolvidable, una pieza más de este tesoro por descubrir en el corazón de Catalunya. Estoy agradecido por haber tenido la oportunidad de explorar este lugar único y espero que muchos otros puedan disfrutar de la magia del Pla d’Urgell en el futuro.