A los dugongos les encanta darse un festín de pastos marinos. Tienen poderosos hocicos caídos, erizados y sensibles que les permiten alimentarse en el pasto marino, como una aspiradora.
Cuando los pastos marinos escasean, pueden comer algas y, a veces, incluso invertebrados como medusas, chorros de mar y mariscos. La alimentación tiende a ocurrir a muy poca profundidad, de 1 a 5 metros.