La fractura puede afectar uno o más huesos en todo el cuerpo: facial, craneal, huesos de las extremidades superiores, extremidades inferiores, columna vertebral, costillas y huesos de la pelvis.
El esguince puede afectar una o más articulaciones en todo el cuerpo. Ocurre más comúnmente en el tobillo, la rodilla, la muñeca o el codo.
Los síntomas de una fractura ósea son dolor, inflamación, función alterada de la articulación afectada y deformación.
El primer síntoma de un esguince es el dolor durante la lesión. Puede causar hinchazón, rigidez muscular, dolor o tensión, y moretones.
En la fractura el dolor es muy fuerte y no disminuye a menos que se tomen medidas.
En el esguince el dolor es fuerte durante los primeros 1-2 días.
La fractura se diagnostica mediante tomografía computarizada y radiografía.
El esguince normalmente, se diagnostica fácilmente, según las quejas del paciente y de cómo ocurrió el trauma. Si la lesión es más grave, se utilizan estudios de imagen para establecer la gravedad del trauma.
Dependiendo del tipo y la gravedad del trauma, el tratamiento de una fractura puede ser conservador o quirúrgico. El tratamiento conservador consiste en analgesia e inmovilización con férula, yeso o aparatos ortopédicos.
En el caso de un esguince, la articulación debe inmovilizarse. La aplicación de una compresa fría limita el edema y alivia los espasmos dolorosos. En algunos casos, la analgesia puede ser necesaria.