Una constitución es un documento oficial que determina la estructura del gobierno y de las instituciones políticas del país, y que establece regulaciones y límites para el gobierno y los ciudadanos. Por el contrario, el constitucionalismo es un sistema de gobierno definido en oposición al inconstitucionalismo y al autoritarismo. El constitucionalismo es un principio que reconoce la necesidad de limitar el poder del gobierno central para proteger los derechos básicos y las libertades de la población.
Por lo tanto, ambos conceptos están vinculados a la idea de limitar el poder del gobierno, y de alguna manera también crear límites para los actos de los ciudadanos.
Las constituciones han evolucionado durante siglos y continúan (o deberían continuar) para adaptarse a la naturaleza cambiante de las sociedades y los sistemas políticos.
Tanto la constitución como el constitucionalismo están vinculados a la idea de democracia y proporcionan el marco legal para que los ciudadanos disfruten de derechos individuales y colectivos.
La constitución es la ley básica y la columna vertebral de un país, mientras que el constitucionalismo es el sistema de gobierno basado en la constitución, o en otros documentos básicos, y los principios constitucionales. En un sistema constitucional, la autoridad del gobierno depende de su cumplimiento con las limitaciones de la ley, que a menudo están contenidas en la constitución nacional.