La inflamación aguda es la respuesta temprana (a corto plazo) del cuerpo a los estímulos adversos.
La inflamación crónica es una reacción inflamatoria que dura meses o años.
La inflamación aguda no es específica.
La inflamación crónica es específica, implica inmunidad adquirida.
La inflamación aguda es parte de la respuesta de los tejidos corporales a los daños físicos y químicos, la invasión de patógenos, la necrosis tisular, etc.
La inflamación crónica es parte de la respuesta de los tejidos corporales a la irritación prolongada de los químicos, partículas extrañas, polvo, hilo quirúrgico, etc.
En el proceso de inflamación aguda están involucradas las siguientes células: células dendríticas, células de Kupffer, histiocitos, macrófagos resistentes, mastocitos.
En el proceso de inflamación crónica están involucradas las siguientes células inmunitarias: macrófagos, neutrófilos, linfocitos.
Los signos cardinales de la inflamación aguda son dolor, calor, enrojecimiento e hinchazón.
La inflamación crónica se produce sin signos cardinales.