Las morsas se encuentran en todo el norte del Océano Atlántico y el Océano Pacífico, habitan en témpanos y en costas rocosas, además de pasar mucho tiempo en el agua helada.
Durante los meses de invierno, cuando el hielo está en su punto más grueso, las morsas tienden a preferir áreas de hielo más delgadas. En los meses más cálidos del verano, cuando el hielo se derrite, las morsas se pueden encontrar más comúnmente en áreas remotas de la costa rocosa.
A pesar de estar bien adaptados a las condiciones de congelación en el extremo norte, en ocasiones se sabe que las morsas se aventuran más al sur en zonas del centro de Canadá, alrededor del Reino Unido e incluso hasta las aguas cercanas de la costa española. Sin embargo, pasan la mayor parte del tiempo alrededor del Círculo Polar Ártico, donde cada vez están más amenazadas por el calentamiento global.
Las morsas se alimentan en la oscuridad del fondo del océano y se sabe que comúnmente bucean a profundidades de entre 80 y 100 metros durante casi media hora.