La política generalmente se formula tan pronto como sea posible en una organización o proceso, porque es necesaria para informar a los empleados o al público sobre cómo actuar. Las políticas con respecto a la contratación y el comportamiento de los empleados casi siempre se crean como uno de los primeros pasos de una nueva organización. Sin embargo, la política debe poder modificarse o agregarse según sea necesario para mejorar el lenguaje de la política o adaptarse a las condiciones cambiantes. Si los empleados comienzan a encontrar un problema nuevo y continuo, por ejemplo, la administración puede implementar una nueva política para darles una respuesta estandarizada.
La estrategia es más efectiva cuando una organización puede desarrollarla antes de comenzar un nuevo proyecto. Sin embargo, las estrategias son una categoría amplia y flexible, y muchas formas de estrategia se modifican sobre la marcha a medida que cambian los mercados o los entornos. Un plan estratégico, por ejemplo, está diseñado antes de que una organización comience una nueva empresa o fase de desarrollo.
Las políticas son formales y típicamente institucionalizadas dentro de una organización. En un gobierno, la política se considera un paso ante la ley. Para las organizaciones y empresas privadas, las políticas pueden incluir varios contratos y proporcionar un registro de las prácticas comerciales. Por lo tanto, las políticas pueden considerarse documentos legales formales.
Las estrategias pueden variar ampliamente en la formalidad. Los planes estratégicos o las estrategias oficiales a menudo pueden reemplazar la política como el objetivo formal o esquema más importante de una organización. Una organización puede optar por utilizar diversas estrategias, como los análisis FODA que pueden ser útiles, pero no tienen ningún efecto legal en la organización, a diferencia de las políticas de recursos humanos o las políticas de privacidad con los clientes.
La política es fácil de delegar e implementar. Al igual que las reglas o leyes, se pretende que sea universal. Cualquier miembro de una organización debe poder mirar la política para tomar una decisión.
Las estrategias informales no son fáciles de delegar a otros empleados. Las estrategias deben utilizarse y adaptarse a medida que surgen las situaciones, y no se pueden predecir de antemano. Si bien un plan estratégico formal puede ayudar a guiar a una organización, los individuos y los equipos deben decidir por sí mismos qué estrategias emplear.