Los brackets de metal son visibles, las bandas de goma y los soportes se notan desde una distancia considerable. Por otro lado, los brackets de cerámica son discretos, pueden ser claros o coloreados según la apariencia de sus dientes.
Los brackets metálicos son duraderos, por lo que pueden durar mucho tiempo sin romperse o repararse cuando se exponen o se someten a presión. Los brackets cerámicos son propensos a sufrir daños si se someten a demasiada presión.
La mayor diferencia entre los brackets metálicos y los brackets cerámicos es el precio ya que los brackets cerámicos son mucho más caros.