El Islam es la religión del estado y todos los ciudadanos deben ser musulmanes. Alrededor del 85% de la gente de Arabia Saudita son musulmanes sunitas, la forma dominante es el wahabismo, un movimiento fundamentalista de reforma musulmana predicado por primera vez por el líder religioso del siglo XVIII, Muhammad bin ‘Abd al-Wahhab. La mayoría de los otros saudíes son musulmanes chiítas. La ciudad santa de La Meca es el centro del Islam y el sitio del sagrado santuario de Ka’bah. La peregrinación a La Meca es una de las cinco obligaciones básicas del Islam y le incumbe a todos los musulmanes que puedan realizarla física y financieramente.
A los judíos no se les ha permitido ingresar al país desde el establecimiento del estado de Israel en 1948, excepto en circunstancias especiales.
No hay libertad religiosa dentro del país. El gobierno afirma que el Santo Corán y la Sunna (tradición) del Profeta son la constitución del país. Como tal, el gobierno controla estrictamente todas las actividades religiosas. El culto público a las religiones no musulmanas está prohibido. Hacer proselitismo de las religiones no musulmanas es ilegal y la conversión de los musulmanes a otras religiones es una ofensa capital.