La diferencia principal entre la introversión y la ansiedad social es el hecho de que uno es un rasgo de la personalidad, mientras que el otro es un trastorno médico.
La mayoría de las personas se pueden clasificar en una de dos categorías, como introvertidos o extrovertidos. Los extrovertidos son personas que les gusta hablar con la gente, ir a fiestas o reuniones sociales y disfrutar de la gente. Los introvertidos, por otro lado, disfrutan pasar tiempo solos haciendo cosas como leer, dibujar, pintar, etc. Todas estas cosas le permite al introvertido mirar dentro y reflexionar sobre sus propios pensamientos, en lugar de centrarse en los demás.
A los introvertidos no les tiene que gustar estar solos todo el tiempo, no les importa salir afuera o salir con gente. Sin embargo, prefieren quedarse con un pequeño grupo de amigos, preferiblemente con amigos que ya los conocen.
La ansiedad social, por otro lado, es un trastorno que puede afectar a cualquier persona, independientemente de si son introvertidos o extrovertidos. Sin embargo, la condición es más común entre los introvertidos. Las personas que sufren de ansiedad social temen ser juzgadas por sus palabras o comportamiento social. Este temor hace que duden en hablar delante de la gente, para que no digan algo socialmente incorrecto o se comporten de una manera que pueda hacer que la gente se ría de ellos o los juzgue. Este temor puede ser leve y hacer que la persona sude o se ponga nerviosa, o puede ser paralizante, lo que hace que la persona se congele y no pueda hablar en absoluto.
Como un trastorno del comportamiento, la ansiedad social puede tratarse, principalmente con medicamentos y terapia conductual. La introversión, por otro lado, no tiene cura porque no es una enfermedad o una condición que deba solucionarse, es un rasgo de personalidad.