A pesar del largo y sedoso pelaje, el setter escocés es una raza increíblemente fácil de cuidar.
Se requiere un cepillado regular dos o tres veces por semana para evitar que se formen enredos y liberarlo de pelos muertos.
Cepillar especialmente en el área de las piernas, el pecho, la parte inferior y la cola. Se recomienda utilizar un cepillo de cerdas firmes en dirección al crecimiento del pelo.
Prestar especial atención al pelo detrás de las piernas, donde el movimiento entre las piernas y el cuerpo puede causar enredos.
Recortar el pelo ocasionalmente y sobre todo recortarlo cuando se perciban nudos.
El baño para esta raza debe realizarse cada dos o tres meses o cuando sea realmente necesario, siempre utilizando productos especiales para perros.
El pelaje del setter escocés al igual que muchas otras razas, tiene aceites naturales que le ayudan a mantener el pelo brillante y con una capa impermeable, así que no lo bañe demasiado porque podría afectar la integridad del pelo.