Una de las principales diferencias entre el té blanco y el té verde es que el té blanco no se somete a un proceso de fermentación y oxidación, mientras que el té verde se somete a un proceso de fermentación parcial y oxidación.
Es interesante observar que tanto el té blanco como el té verde retienen su contenido de antioxidantes con bastante éxito. Por otro lado, los estudios han demostrado que el té blanco tiene más antioxidantes que el té verde.
También hay una gran diferencia entre el té blanco y el té verde en términos de sabor. Se dice que el té blanco tiene un sabor más sutil que el té verde. Es de aspecto suave y sedoso. El té verde, por otro lado, está dotado de un regusto a hierba.
También es importante saber que el té verde contiene más cafeína que el té blanco, que está hecho de brotes y hojas de té jóvenes. Las hojas más viejas contienen niveles más altos de cafeína que las yemas y las hojas jóvenes.
Cuando se trata del precio, el té blanco, que es más difícil de producir, es más caro que el té verde.
Si no te gusta la cafeína, entonces el té blanco es el más adecuado para tus papilas gustativas. Por otro lado, los amantes del té verde disfrutan de su sabor innato.