Tanto la esterilización como la castración suelen significar la eliminación de los órganos reproductivos de un animal, por lo que su capacidad reproductiva se neutraliza. A pesar de las posibles opiniones con respecto a la esterilización o castración, esta práctica ha estado presente durante cientos de años en beneficio del hombre. Sin embargo, existe una diferencia entre los dos términos.
La esterilización se usa comúnmente para referirse a la extracción de los órganos reproductivos (sexuales) de un animal hembra. La esterilización tiene algunas ventajas, como una probabilidad significativamente pequeña de tener tumores mamarios y problemas asociados en el embarazo. Además, el riesgo de tener cánceres de piometra y ovario serán nulos después de que se haya realizado una esterilización. Existen muchos métodos para realizar la esterilización, además de la extracción quirúrgica, como las hormonas y las vacunas.
La castración es la extirpación de los órganos reproductivos (sexuales) de un animal macho, que se realiza principalmente mediante la extirpación quirúrgica de los testículos. El macho castrado a menudo muestra un aumento de la sumisión y la obediencia, que se debe a la reducción de la secreción de las hormonas masculinas, como la testosterona. Cuando los testículos se extirpan o se vuelven disfuncionales, la producción y secreción de la hormona testosterona se vuelve casi nula. Sin embargo, puede haber un aumento en los riesgos de cáncer de próstata, algunos trastornos cognitivos y problemas de incontinencia del esfínter uretral, especialmente en perros machos. Uno de los principales objetivos de la castración es controlar las tasas de natalidad.
Ambos términos significan la extracción de órganos reproductivos de un animal, pero la esterilización se usa para las hembras, mientras que la castración se usa para los machos.
Por lo general, con la esterilización aumenta la agresividad, pero con la castración disminuye la agresividad.